26/3/10

IX ALACANNABIS CUP: ASPENCAT + LA KINKY BEAT + DESECHOS + SIKIATRIKO + CONTROL STONE | 21 Mayo 2011 | La Marchosa (Sant Vicent del Raspeig)

Esencias Jamaicanas
En su novena edición, Sona Alacant estuvo presente en el Alacannabis Cup. Un festival en el que se une la reivindicación, el orgullo, la música, la fiesta, la reflexión, el debate, la diversión en pos de realzar la estima por la hierba, el dificultoso idilio entre la marihuana y el hombre, organizado por la asociación Alacannabis de Usuarios y Estudios del Cannabis de Alicante.

 Un festival celebrado en la finca La Marchosa, situada en una parcela situada a las faldas del Maigmó, a caballo entre Agost, Tibi y Sant Vicent del Raspeig, que suele acoger este tipo de eventos. El pistoletazo de salida se produjo el viernes con diversas charlas, talleres y concursos a nivel de habilidad en el arte de liar, así como un concierto de tintes hip-hop, reggae en el que estuvieron presentes La Famiglia, Highronmusical o Picolo ZNP and CIA, entre otros. La jornada del sábado continuó por los mismos derroteros, con paellas gigantes y finales de los concursos, así como la entrega de premios de la Copa Alacannabis, que escogía la mejor plantación.

Por nuestra parte, hicimos acto de presencia a eso de las once de la noche con una predisposición mayor hacia los conciertos. Encontramos un espacio completamente underground, con gente de muy diversas estéticas, ciudades de origen, que entraba y salía de todos lados, con una rave psicodélica, una zona de acampada en el que el buen ambiente respiraba por esencias naturales, y la coqueta plaza de toros dispuesta para una noche de rocanrol, ska, reggae y drum&bass.
  
Los primeros en tocar fueron Control Stone, la banda argentina afincada en Alicante tributo a Rolling Stones, que repetían actuación en Alacannabis Cup. A pesar de la frialdad de un público que al comienzo se decantaba por la indiferencia, a excepción de algunos fascinados, la banda deshojaba las versiones de sus satánicas majestades con una energía contagiosa y la naturalidad que han conseguido en una extensísima retahíla de shows que en la actualidad están ofreciendo. Con un sonido de claridad aceptable e idónea potencia, no faltaron temas de la talla de ‘Paint it Black’, ‘Brown Sugar’, 'Sympathy For The Devil' o ‘Everybody Needs Somedy To Love’, en la que vimos la faceta más bailable de “Santi Stone”, el frontman de la banda que en cuanto a pose y movimientos se acerca mucho a Mick Jagger, así como la versatilidad del teclado que en esta ocasión hacía las veces de trompeta y trombón. El desmelenado cierre, y con alguna ropa de menos, fue como no podía ser de otra forma para ‘Satisfaction’, con una fuerte dosis de electricidad en su riff tan característico. En definitiva, consiguieron el propósito de una banda cover, divertirse y hacer divertir mediante unas famosas composiciones interpretadas con mucho respeto y gusto. (Lo sentimos mucho, pero no tenemos fotos de la actuación)

 Tras un breve parón en el que desapareció todo el público de la arena, fue el turno de Sikiatriko. La banda alicantina sacó un hueco, mientras ultiman los últimos detalles de lo que será su primer trabajo, para ofrecer una promiscua combinación que tiene como base el ska. Su extensa formación evoca a propuestas variadas que van desde Alamedadosoulna, Skalariak o New York Ska-Jazz Ensemble, destacando el peso importante de una sección de vientos compuesta por tres saxos, trombón y trompeta; así como el combo voz masculina y femenina, que se mostró algo falta de claridad y fuerza. Desde los primeros compases, los alicantinos consiguieron crear una atmosfera festiva con buena sintonía hacia el público. Su set-list desgranó temas como ‘Aquí Estamos’, que elegía el funky como complemento al ska y el reggae, ‘Pólvora’, con un reggae algo más pausado, o la versión de Bob Marley de ‘Is This Love’. Con el país en las calles, hubo tiempo para ensalzar la lucha para conseguir una verdadera democracia, tal y como rezuman sus composiciones líricas. En su recta final encontramos pildorazos de rock, con algún repunte hardcore, en temas como ‘Hermanos’ o ‘Calle Peligro’. Una propuesta que promete emociones fuertes en ese disco que caldea, con una buena puesta en escena, pero, con matices para seguir mejorando.



Avanzaba la noche y el ir y venir de gente aumentaba, aunque veíamos también los primeros que buscaban la tienda o el coche para reposar. Cabe destacar el papel de la organización, que además de tener claramente estructurado el festival, permitió que las actuaciones transcurrieran sin incidentes y con una puntualidad razonable.

Desde Madrid llegaba Desechos, una de las propuestas herederas de Hechos Contra El Decoro, formación que despuntará allá por finales del S.XX y que aún colea por las esferas alternativas. Desechos presentaba su flamante trabajo, Matatiempo, el cual entrelaza los ritmos reggae con los registros hip-hop, sin encasillarse, con una predisposición hacia los textos combatientes. En ellos se observaba la profesionalidad otorgada por el tiempo, con una banda muy compenetrada, y el dinamismo de su dirección vocal. Los primeros compases se decantaron por el hip-hop más pausado, hasta que ‘Huracán’ y ‘Fábula’, este último de Hechos Contra El Decoro, sacaron a relucir su faceta más lúdica con brochazos ska y cambios de ritmo espontáneos. En jornada de reflexión no faltó la alusión a los mandatarios que al día siguiente elegíamos con ‘Que Se Vayan Todos’. El público se fue lentamente contagiando hasta alcanzar el apogeo con ‘Sarri, Sarri’, de Kortatu, en el que volaron al son rastas, melenas y alguna que otra cresta. Un directo sorprendente para uno que conocía lo justo, cambiante y agradecido.



Llegados a este punto, procedíamos a abordar el plato fuerte de la noche con la actuación de Aspencat. La banda de La Marina Alta llegaba con el recién estrenado Naixen Primaveres, en el cual refuerzan el giro que tomaron en su anterior trabajo hacia los derroteros del reggae ensamblado con esencias del new roots y el drumb&bass; y también con alguna que otra cara nueva, en la que destaca la incorporación de una segunda voz, y la fuerza que ha tomado el laúd, tanto en estudio como en directo. Tras la intro del nuevo disco, llegó el turno de sacar a relucir nuevas composiciones como ‘Naixen Primaveres’, ‘Llums, Càmera i Acció’ o el recuerdo a Palestina ‘Mirades’ con otras más vetustas como las bailables ‘Novembre’ o ‘Balla La Melodia’.

El sonido no era el propicio para sacar todo el jugo a la banda, pero el respetable estuvo entregado tras el titubeo inicial. Me extrañó el no ver ni un tema de su primer trabajo, La Festa Està Servida, salvo el huracán mestizo de ‘A Passes De Gegant’ que cerraría la primera parte del concierto. Antes de ésta, habían desfilado la pasional ‘La Lluna Té Dos Cares’ y la estupenda adaptación del clásico ‘Acabar Mal’, un tema en el que hace una década Sargento García ya anticipaba que ocurriría con el tiempo. En él bis llegó el desenfreno de ‘Xiqueta Dolça’, el recuerdo a las raíces de la música en valencià de ‘L’Herència’, y ‘Crida’ como inesperado cierre. Una vez más Aspencat demostró que se trata de uno de los grupos con más lucidez y brillantez de la música en valencià del momento. Aún así, hay que rodar más la marcha del concierto, acabar de asentar los nuevos temas y ganar en compenetración. Apostamos a que en poco tiempo lo conseguirán.



Para cerrar la noche teníamos por delante la actuación de La Kinky Beat, en un formato distinto al habitual, en versión Dub Machine con voz, guitarra y bases, que intensificó su vocación electrónica. La banda barcelonesa presentaba su último trabajo, Massive Underground, en el que encuentran su espacio estilos como el drumb&bass, el reagge, el jungle o el rock, con el prisma dub. Lo cierto es que consiguieron conectar sin problemas con un público que no le pesaban las horas, creando un auténtico espacio con esencia a rave. Los temas fluían libremente, sin premeditación, en un mar de sonidos, mensajes en diversas lenguas, entre los que distinguimos algún que otro tema como ‘Massive Underground’, ‘Itaka Berrio’ o ‘María, María’.




De esta forma daba fin la IX Alacannabis Cup, en el plano musical. Un espacio alejado del mundanal ruido, con un clima de paz y sosiego agitado por los albores musicales, que en este caso consiguieron que nos fuésemos una vez más satisfechos por el espectáculo presenciado.


Texto: Rafa Ele
Fotos: Arturo Uve